Hoy entrevistamos a la Lic. Liliana Marín, hablándonos sobre “Esos dolores articulares que no nos dejan”
¿Qué pasa con esos dolores que no se van?, ¿Por qué no han sido bien tratados o porque realmente nos dejamos estar?
Pueden pasar dos cosas: una puede ser estas lesiones se inicien a través de un accidente, de una lesión claramente vivida, quiero decir, una luxación, un esguince, una distensión, y también hay lesiones que se van instalando en nosotros a través de malos usos, vicios o debilidades musculares que se van instalando sigilosamente , sin darnos cuenta con los malos hábitos. El no tener un hábito, actividad física regular, equilibrada, o también los años que van haciendo que vayamos perdiendo masa muscular, un proceso que vivimos todos, que se llama Sarcopenia, entonces, estas cosas hacen que el sistema óseo mioarticular vaya perdiendo capacidad de mantener alineado nuestro eje de acción, de movimiento.
Podríamos llegar a pensar que el paciente, después de la lesión del esguince por ejemplo, encontró edema, dolor, hematoma, inflamación y realiza un tratamiento con algún colega. Lo primero que la persona busca es aliviar el dolor y poder volver a ser funcional. Entonces con solo reducir el dolor, la inflamación y el hematoma , se termina el tratamiento. En un primer momento, cuando llega al consultorio el tratamiento se centra en reducir el dolor, la inflamación y acompañar este proceso de daño estructural. Pero cuando sucede un esguince, por ejemplo, no solamente se rompen, vasos, o los ligamentos o los tendones, también a veces se arrancan fascias, también se puede llegar a romper alguna estructura más noble, como una cápsula articular, sino que, además, se rompen estructuras que tienen que ver con el control neuro muscular de la articulación. Todas las vías sensitivas y motoras que conectan esta articulación al cerebro. Entonces con el solo hecho de aliviar el tema del hematoma, el edema y el dolor no alcanza, un tratamiento completo debe incluir la reconexión, diríamos así comúnmente el recableado de esa articulación al sistema neuromuscular para que ese cerebro maneje ese pie otra vez de manera automática como lo venía haciendo antes, y no se instale una articulación inestable.
¿Hay un tiempo, un plazo para hacer ese tratamiento a pesar de haber pasado varios años?
Claramente se está a tiempo porque justamente es a lo que intentaba ahondar. El tema del recableado, o el volver a aprender a usar o a conectar de manera automática la articulación dentro del engrama motor en general. Esto tiene que ver ya con un trabajo de reeducación de la función. Esto se llama re funcionalización que los kinesiólogos también abordamos esta área. La re funcionalización de la articulación o de la motricidad en general. A veces escuchamos personas que dicen: “es que a mí siempre se me dobla este pie”, o “yo tengo un esguince crónico” o “un dolor crónico”, muchas veces en este caso lo que está faltando es re cablear, lo digo así rápidamente, o sea, volver a integrar a la motricidad general al engrama motor esa articulación.
Hay dolores articulares que se instalan muy lentamente, sigilosamente y con los cuales el paciente pude decir, no sé cuándo empezó, o empezó de a poquito. Y en este caso son dolores articulares que se instalan por inestabilidad articular, pero ya tiene que ver no por una rotura de un momento agresivo que vivimos, sino por una debilidad y una falta de equilibrio y estabilidad muscular de las articulaciones. Una vez que los músculos dejan de estabilizar las articulaciones, son los ligamentos los que empiezan a hacerse cargo y nosotros nunca nos vamos a dar cuenta hasta que aparece el dolor. Cuando aparece el dolor es cuando por ahí hacemos caso, o algunas veces si no, lo calmamos con algún analgésico y seguimos. Pero si en el mejor de los casos le damos lugar a ese dolor, que nos está gritando, podemos llegar a prestar atención y entonces buscar ayuda. Esto de estabilizar, fortalecer la musculatura, involucra una reeducación postural. Cuando se instala tan lentamente muchas veces tiene que ver con malos hábitos posturales y se instalan dolores por inestabilidad o articular y complejiza en el tiempo con otros procesos como amnesia sensomotora.
Tengo entendido que hay una herramienta que se hace a través de la web del Colegio de Kinesiólogos para evitar lo que hemos hablado en otra oportunidad sobre el intrusismo. Que sea verdaderamente un matriculado, un kinesiólogo, un profesional. ¿Cómo se hace eso, como accedo para verificar?
Cada vez que te quieras hacer atender, necesites el servicio de algún colega, tenés que entrar a la página del Colegio www.cokimen.com. Apenas abrís la página, aparece un botón al frente que dice: profesionales habilitados para ejercer la profesión. Le haces clic y vas a encontrar una ventanita donde puedes ingresar el apellido, el nombre de la persona con quien vos pretendes hacerte ver.
En el botón buscar, vas a encontrar los datos de la persona y el detalle de que está habilitado o no. Puede ser que lo encuentres a pesar de que tenga o no la habilitación, o puede ser que no lo encuentre. En este caso puede ser que no lo encuentres porque no está matriculado o no está colegiado o no es kinesiólogo. Entonces podés acceder por la misma página otro apartado que dice denuncia, en donde vas a encontrar un formulario para comunicarte directamente con el área de asuntos legales del colegio y aportar de una manera muy pero muy importante a proteger a la población de que no sea atendido por una persona que no esté capacitada para trabajar y dar seguridad. Muchas veces nos pasa que quienes reciben kinesiólogos en su domicilio o a través de prestadoras tercerizadas, no tengan el hábito del pedido de matrícula.
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Sepan todos que tienen el derecho a pedir y a solicitarnos la matrícula a cada uno de nosotros. Cada profesional de salud que ingrese a sus domicilios para hacer prestaciones, si no se animan a pedirle el número de matrícula, directamente le piden el nombre y tienen que poder ingresar a través de esta herramienta que el Colegio de Kinesiólogos está poniendo a disposición para proteger y también para colaborar. Para que nuestra profesión cada vez se jerarquice más y nos demos seguridad entre todos.