Hoy entrevistamos al Kinesiólogo Alexis Castro, en una entrevista que promete ser de alto vuelo. “El desafío de moverse”

Cuando me acerco a los centros de jubilados y comienzo a conversar con sus integrantes se evidencia que dos estados son comunes a gran parte de las personas mayores:

  • La cantidad de medicamentos que consumen, debido en gran parte a los diferentes procesos patológicos que van apareciendo con el avance de la edad.
  • El concepto de “no movimiento”, es decir, que no pueden moverse o no realizar ciertos ejercicios por temor a sufrir una lesión.

¿Está bien que un adulto mayor empiece solo a moverse o siempre está bueno y es recomendable que lo haga con el acompañamiento un profesional?

Una de las prácticas comunes en los centros de jubilados es que sus integrantes no desean realizar actividad física, pero realizan otras prácticas que no tienen muchos fundamentos científicos, y que les parece que les pueden hacer bien. Estas prácticas suelen tener más que ver con la pseudociencia que con el buen sentir de la persona. En este punto, les planteo la posibilidad de realizar técnicas de kinesiología adaptadas en grupos, que puedan servir para aliviar molestias y evitar futuras lesiones.

En mi experiencia como kinesiólogo, he observado que muchas personas mayores tienen dificultades para realizar actividad física. Esto se debe, en parte, a un concepto cultural muy instaurado en nuestra sociedad que plantea que ya no pueden realizar ciertas cosas o actividades.

En la actualidad, hay tres (o,dos?) generaciones de personas mayores que interactúan entre sí. De ellas, dos son las más notables: una generación con una cultura de consumo farmacológico muy habitual y otra generación nueva que comienza a jubilarse y es contraria a la medicación, prefiriendo buscar alternativas.

Como socialmente tenemos muy incorporado el hecho de no moverse y cuidarse, mucha gente de estas generaciones que quiere moverse no lo hace, sobre todo por el entorno familiar, que muchas veces critica la búsqueda de alternativas.

Es ahí donde yo comienzo a invitar a todos, desde una visión de la kinesiología. La kinesiología es una herramienta muy valiosa para ayudar a las personas mayores a moverse y mejorar su calidad de vida.

Por experiencia he observado que los centros de jubilados son un lugar ideal para abordar a las personas mayores.

Estos centros son lugares donde las personas mayores se acercan para buscar o ampliar su espectro social. Este hecho ya es un factor importante, ya que es el punto de partida para comenzar a interactuar y aplicar el concepto de abordaje desde la kinesiología. Desde este enfoque, el movimiento es para mejorar el estado de salud. De esta manera, rompemos con la idea de que los mayores no deben moverse.

El trabajo en grupo es una gran ayuda, ya que permite a las personas mayores visualizarse o verse reflejadas en otras personas de su misma edad con las mismas lesiones. Esto puede ser muy motivador y puede ayudar a superar las barreras mentales que impiden que se muevan.

Estoy convencido de que el trabajo en grupo es una herramienta muy valiosa para ayudar a las personas mayores a superar las barreras mentales que impiden que se muevan.

Cuando comienzo a evaluar individualmente a cada persona, una de las preguntas obvias es qué patologías presenta. Una de las respuestas es que -tiene algo de artrosis-. Entonces, cuando uno ve los estudios médicos que a veces tengo la suerte de ver, con suerte se logra ver un mínimo estado patológico que para nada afecta la movilidad.

Muchas veces, el contexto familiar es el primer gran enemigo. Es el primer lugar donde los empiezan a tratar como niños. Y es lamentable, porque el lugar donde deberían encontrar apoyo para seguir avanzando y evitar cualquier probabilidad lesiva es precisamente la familia.

Entonces, para empezar y que tengas tus primeras sesiones, lo primero que te voy a plantear es que te acerques para que te evalúe. Desde ese momento, comenzaremos a plantear un proceso de actividad que puedas realizar. Seguramente tendremos algunas limitaciones, pero no es impedimento para que podamos realizar otro tipo de actividad. Siempre realizaremos una adaptación kinésica al trabajo grupal.

Yo tengo una historia en particular con esta experiencia y en donde por ahí se resume todo. Hace un par de semanas atrás estábamos en el centro jubilados, en Las Heras, y una de las señoras, particularmente que viene todos los días, en un comienzo venía acompañada por la sobrina de la mano, las dos juntas (no sé si la sobrina, nieta o la hija), ella y una chica muy joven. Hacemos toda la actividad, mueve sus articulaciones, se tira al suelo, se mueve de un lado para el otro, se levanta. Después hacemos los juegos que solemos hacer y al cerrar la clase se retira como todos los asistentes. El asunto es que, en determinado momento después de comenzar a cerrar la puerta del centro de jubilados, aparece la mujer que viene caminando muy rápido, a los gritos diciendo “por favor no me cierren el centro me olvidé el bastón”. Entonces, resumiendo, venía caminando rápido, pero sola, sin la necesidad de un familiar. La serie de ejercicios que realizamos con cada paciente les da una cierta libertad de trabajo, y el resultado final termina siendo una cuestión de confianza.

 

 

 

 

 

 

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